Primer plato: Bruma de bosque frondoso de la amada Galicia con aroma de eucalipto.
Nuestro cansancio acumulado en los días anteriores nos acompaña en el camino a través de senderos que atraviesan bosques de eucaliptos, caminos repletos de hortensias y todo tipo de flores.
Entorno ideal que invita a la conversación y a la meditación...
Segundo plato: Convivencia de profesores sin complejos.
¡Con todo lo que andamos y no adelgazamos!
Tanto un crujiente bocata de jamón y queso como una cena especialmente preparada por Lurdes son la excusa perfecta para compartir risas y buenos momentos.
Postre: Infusión de verbena en Budiño con música para todos los gustos.
Momento memorable: La guinda del pastel del día. Los peregrinos entregados en cuerpo y alma al baile junto con los atónitos lugareños e integrantes de la Orquesta Brujas. Una hora inolvidable sin agujetas ni tirones... a ritmo de "Pollo de Lidl".
Menú perfecto no sólo para hacer el Camino, sino para vivirlo.
Todo preparado para nuestra entrada a Santiago.